Champú de Avena

La avena cumple funciones muy importantes tanto en la piel como en el pelo, está indicada para piel sensible porque tiene la capacidad refrescar y suavizar, es emoliente y ayuda a retener agua con lo cual favorece la humectación.

Dentro de sus propiedades se destaca:

Poder limpiador: Las partículas de avena, tienen la propiedad de absorber la suciedad y los residuos celulares respetando y cuidando la estructura de la piel. Debido al fósforo que contiene, disminuye la dureza del agua, lo que se traduce en una acción suavizante y relajante de la limpieza diaria.

Mantenimiento del efecto barrera e hidratación rápida de la piel: Utilizada en un crema o loción, debido a la presencia de lípidos y substancias absorbentes de agua evita la deshidratación de la piel y mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas.

Efecto calmante y antiinflamatorio: Las proteínas que contiene la avena, actúan como un sistema que mantienen el pH fisiológico de la piel. Si asociamos a esto su acción hidratante y emoliente, tenemos en la avena un gran aliado para calmar las irritaciones de la piel, tanto de origen alérgico como de otra causa así como para calmar el prurito.

Forma de aplicación:

Aplicar en la palma de las manos o sobre el pelo directamente, distribuir desde la raíz hacia las puntas, realizar movimientos suaves y lineales, siempre en dirección desde la raíz hacia las puntas. Evitar hacer movimientos envolventes y bruscos sobre el pelo. Frotar el champú de forma enérgica es una práctica muy común, no es conveniente para el pelaje porque favorece la formación de nudos y la generación de electricidad estática o frizz. El frizz es lo que se conoce como estática, se produce gracias al exceso de fricción en el pelo. Una vez distribuido en todo el pelaje, enjuagar hasta eliminar los residuos y repetir la aplicación si es necesario.